Días atrás, Inna Afinogenova, periodista, columnista y parte del equipo de trabajo de Canal Red, publicó un vídeo-short (corto) sobre un potente opiáceo que en la actualidad afecta a EEUU: «[El fentanilo es] un opioide sintético 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, una droga que hasta hace poco era desconocida, porque su uso era hospitalario. [El fentanilo es] una auténtica epidemia que causa estragos en EEUU con decenas de miles de muertos cada año».

La perspectiva presentada cuestionó le tratamiento interno dado al problema por el país «líder» en la lucha mundial contra las drogas. Con datos precisos, la periodista rusa bosquejó un panorama innegable y, a estas alturas, inocultable en uno de los países con unos indicadores aparentemente destacables de calidad de vida.

«Hace dos años, más de 107 mil personas murieron en EEUU por el consumo de opioides; más de 70 mil por fentanilo. El problema real es que en Estados Unidos hay un mercado interno que demanda cada vez más opiáceos por algo que tendrían que indagar sus autoridades: ¿Por qué miles de jóvenes cada año se drogan hasta el punto de deambular como zombis por las calles? ¿Por qué hay barrios enteros viviendo entre la miseria y la drogadicción? ¿Qué sociedad están construyendo? ¿Qué ilusiones y qué esperanzas hacia el futuro puede tener un joven con 20 años, y qué ilusiones y qué esperanzas le puedes dar a aquella gente que, ya siendo mayor, necesita ver que hay un futuro?».

En el minuto dedicado a esta problemática, Afinogenova también puso al descubierto la transformación que ha experimentado la producción y comercialización de las drogas: «El fentanilo puede desaparecer mañana de las calles de EEUU [pero] otra droga llegará para suplir el consumo interno». De esta forma, cerró subrayando el dinamismo de este mercado y que, al parecer, estará por mucho tiempo.